El bastón es una varilla metálica ahusada con una punta de acero. Algunos, levemente curvados, son utilizados en competencias de velocidad para adaptarse a la forma del cuerpo reduciendo la resistencia al viento. En la punta, una arandela, cumple la función de apoyo. La forma de la arandela varía según los modelos. En el caso de los bastones de competición, éstas suelen ser más pequeñas y aerodinámicas.
Aunque su estructura es muy simple, los bastones cumplen un rol muy importante para la técnica de esquí.
Algunas características que debe tener un buen bastón:
El centro de gravedad deberá estar lo más cerca posible de la empuñadura (para que la precisión pueda lograrse con el menor esfuerzo posible)
Debe ser liviano.
La forma de la empuñadura debe facilitar el agarre (empuñadura anatómica), para lo cual deberá tenerse en cuenta el grosor de los guantes.
La correa debe ser flexible y regulable.
La arandela debe garantizar un buen apoyo en la nieve sin llegar a hundirse, sin diseños que ocasionen enganches accidentales.
Deben ser resistentes a una caída del esquiador: pueden deformarse quizá, pero nunca romperse.
La longitud debe ser la adecuada en relación a la altura del esquiador.