En temporada invernal, la montaña presenta bajas temperaturas, por ello, la indumentaria debe obedecer a las demandas que impone el frío, el viento y la nieve. En el caso en que además, nos interesemos por la práctica de esquí o snowboard, además de abrigados, deberemos procurar estár lo suficientemente cómodos, de modo que podamos protegernos del frío, pero también esté garantizada una transpiración adecuada y libertad de movimiento.
En este último caso, se aconseja llevar tres capas de ropa:
La primera, en contacto con el cuerpo. Permite dejar pasar la transpiración manteniendo la piel seca. Muchos géneros sintéticos modernos (dry-fit) recientemente introducidos en el mercado cumplen esta función de manera muy eficiente.
La segunda capa, debe poder absorber la humedad. Son adecuados géneros como el polar y el micropolar. En general, tejidos térmicos que aseguren la rápida absorción de la humedad y de la transpiración.
La tercera, tiene la función de aislarnos del viento y de la humedad externa.Para ello, es necesario un equipo para nieve que impida que la humedad externa alcance la piel. Por otra parte, es importante considerar que los puños y bordes deben ser lo suficientemente cerrados. Los pantalones para esquí, por ejemplo, siempre deben tener cierres de seguridad impermeables.
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