El esquí alpino

“Esquí”, en el antiguo idioma de los pueblos escandinavos, significaba “tronco” o “trozo de madera”. A lo mejor resulta exagerado pero es posible que el origen sea tan antiguo como la nieve, o mejor dicho, tan antiguo como el hombre sobre la nieve. Es posible especular que el esquí pueda haber sido ideado antes que la rueda, ya que los pueblos nórdicos, probablemente sus diseñadores originarios, no poseían carros ni carrozas, pero se desplazaban velozmente con aquellos suecos largos y planos, con puntas hacia arriba, tal como quedaron registrados en antiquísimas pinturas rupestres.

Pero mucha nieve ha caído ya sobre las montañas. El esquí, medio de locomoción en sus orígenes fue transformándose en pasatiempo y deporte cuando la calidad de vida y el tiempo libre comenzaron a permitirlo.

En 1925, el esquí se transforma en deporte olímpico. Nace a partir de entonces la Federación Internacional de Esquí. Desde entonces mucho ha evolucionado no solo la técnica sino el equipo de esquiador, que ha hecho más fácil el aprendizaje y más seguro su uso deportivo y recreativo.

En 1928 nace la prestigiosa prueba del Kandahar de Saint' Anton, en Austria, en donde Hannes Schenider funda la escuela del Alberg en la que se crearía específicamente la técnica hoy conocida como esquí alpino que se contrapone a la practicada en los paises escandinavos.

Generalidades sobre la práctica de esquí alpino

El esquí alpino es un deporte originario de los Alpes cuya característica central es la velocidad al deslizarse sobre la pendiente de una ladera nevada. Para ello se utiliza un equipo compuesto por un par de tablas fijadas a unas botas especiales que permiten controlar el movimiento y los bastones. La sensación de desplazarse sobre la nieve es única y dificilmente pueda compararse a otro deporte.

Pero esquiar, es algo más que deslizarse, por el contrario, se trata de un deporte muy técnico, dado que exige movimientos muy específicos, al punto que es improbable aprender a esquiar adecuadamente sin la ayuda de un instructor. Un instructor estará pendiente de nuestro movimientos y nos ayudará también a evitar lesiones y hábitos riesgosos.

El esquí en diferentes tipos de nieve

Nieve en polvo

La nieve en polvo es la que permite una mejor práctica del esquí dado que facilita el deslizamiento y el control de las tablas.

Nieve dura (helada)

Cuando ha caído una helada sobre la nieve, es dificil para el esquiador mantener el equilibrio y el agarre. Aumenta pues el riesgo de resbalones y caídas. Lo aconsejable en estos casos es esquiar con las rodillas flexionadas para conservar el control.

Nieve de primavera

Durante la primavera, la nieve presenta un capa inferior dura sobre la cual se encuentra una superior de escasa consistencia. En estos casos, los esquíes pueden hundirse en la nieve durante los giros, causando lesiones en la rodilla o en la tibia. El ligamento lateral interno de la rodilla puede resentirse cuando el esquiador intenta girar sobre su mismo eje y las tablas no responden al movimiento. Lo recomendable en estas condiciones es utilizar giros suaves y amplios, manteniendo siempre las piernas flexionadas.

Nieve honda (virgen)

La nieve virgen, fuera de pista, o tras una fuerte nevada, exige del esquiador una ténica diferente. La posición debe ser más retrasada y se debe incrementar la flexión de las rodillas. Cuando la nieve posee éstas características, los esquíes se frenan mucho más, siendo la velocidad menor y exigiendo del esquiador una mayor fuerza para desplazarse. En nieve honda no suelen ser frecuentes las lesiones por caídas, aunque sí el de chocar con piedras o ramas invisibles en la superficie,

El equipo de esquí

Una nueva generación de esquíes

Los esquiés parabólicos tipo carving han reemplazado a los rectos tradicionales. La razón principal es que estos permiten acelerar el aprendizaje que permite al principiante alcanzar más rápidamente el nivel de un esquiador intermedio. En efecto, el diseño carving, más corto y ancho, en forma de parábola, permite alta velocidad sin pérdida del control. Son pues, más estables y permiten realizar los giros más cortos apoyándose en los cantos limitando derrapes al final del giro.

¿Qué tablas son las más adecuadas?

La elección de las tablas de esquí dependerá de las preferencias del esquiador y de su nivel. Esquiadores principiantes e intermedios, requerirán comodidad y flexibilidad. Se recomiendan en estos casos una curvatura entre 25 y 30 cm que faciliten la curva y permitan derrapar para controlar la velocidad. Los esquiadores más avanzados, que busquen elegir una trayectoria cortada a lo largo de un giro o obtener impulso a remontar una pendiente, deberan optar por tablas con una curvatura entre 18 y 25 cm de radio. Los experimentados preferirán esquíes con mucha curvatura (menos de 15 cm de radio) para poder incinarse al máximo en la curvas. Para competición, se buscarán esquíes más precisos y potentes, con el objeto de alcanzar mayores impulsos.

Ver más información sobre tablas de esquí

Tipos de tablas, recomendaciones

Botas y fijaciones

Las fijaciones dependen del nivel y el peso del esquiador. Estas deben sujetar la bota y asimilar los golpes en el terreno, y deben abrirse y liberar la bota cuando la posición pone en riesgo la pierna por una caída o desequilbrio. Esto significa que si el ajuste es excesivo, puede impedir el desengache oportuno o si por el contrario, está demasiado flojo, podría ocasionar un desengache inesperado generando una caída. Las botas, además de protejer contra el frío y los golpes, son esenciales en la transmisión de los apoyos sobre la tabla. Por eso, es fundamental que sean precisas y cómodas. Lo ideal es que, dentro de una posición relajada, no deberían ser posibles movimientos anteroposteriores o laterales. Los dedos, por el contrario, deben moverse de un modo natural para facilitar el control de las tablas.

Más sobre botas de esquí

Más sobre fijaciones

por Graciela Paula Caldeiro